ACOSO LABORAL

Salud Laboral

CANALIZAR LA IRA, LA RABIA Y EL RESENTIMIENTO ES ARREBATAR SU TRIUNFO A LOS ACOSADORES

 

En la medida que la ira o rabia sea una reacción al acoso, el acosador tiene a su merced al acosado. Puede a su voluntad hacerle encontrarse mal… o peor, simplemente variando la intensidad o la modalidad de los ataques.

 

Cuando la víctima del psicoterror rompe la cadena que le lleva a reaccionar con ira, frustra las intenciones del acosador y sale de su esfera de control: rompe el juego.

 

El acosador vive de la ira, del rencor y de la agresividad que suscita en la víctima. Una vez que ésta no le proporciona tal recompensa o refuerzo, deja de tener interés para ella como víctima. Para lograrlo es esencial que la víctima decida desembarazarse de la rabia y de la ira canalizándolas.

 

ESTRATEGIAS PARA CANALIZAR LA IRA

 

1.  Aceptar las propias limitaciones, en especial los propios estallidos de cólera, ira o rabia provocados por el acoso psicológico.

·        Aceptar la impotencia que uno siente ante situaciones sobre las que no tiene ningún control ni cuenta con ninguna alternativa.

·        Comprender y aceptar que uno no puede hacer nada por reparar el daño que ha recibido.

·        Asumir que no se dispone de la posibilidad de transformar el comportamiento del perverso acosador.

·        Comprender y aceptar las dificultades que uno puede tener para desembarazarse de la rabia.

·        Entender que uno no tiene capacidad para evitar o eliminar los comportamientos de acoso (aunque sí para hacerles frente), ni tampoco para convertir o cambiar al acosador (pero sí para protegerse de él)

·        Comprender que el objetivo final no es lograr una aplastante y definitiva victoria sobre el agresor, sino obtener el mejor entre los distintos grados de supervivencia personal, y para ello actuar lo más inteligentemente posible.

 

2.  Recuperar el control interno: Decidir que uno es dueño y señor de sus propias emociones.

·        Aceptar que uno tiene el control último sobre sus emociones, aunque no así sobre los perversos ataques y estrategias de acoso del acosador laboral.

·        Las emociones no dependen de los acontecimientos externos, sino de la programación personal de cada uno y de los automensajes propios:

–         Los ataques injustos no se deberían producir…

–         No se deberían cometer injusticias conmigo…

–         Me debo sentir mal si se cometen injusticias conmigo …

·        No hay ataque del acosador que pueda perturbar a uno, si uno no lo permite.

·        Hay que tener en cuenta que el objetivo último del psicoterrorista es la destrucción psicológica de la víctima y su desaparición del lugar de trabajo. En la medida en que los ataques dejan de perturbar emocionalmente a la víctima, dejan también de tener efectividad para el que los perpetra.

 

3.  Adoptar la perspectiva de un observador externo que estuviera contemplando desde fuera la escena del ataque para desactivar la reacción de ira.

·        Visualizar y vivenciar la situación de acoso desde la perspectiva de un observador externo es un método de desactivar la reacción automática de ira.

·        Es una forma de desidentificación y desactivación emocional, ya que la reacción de ira resulta atajada, dando tiempo al cerebro a retomar el control de la situación desde un funcionamiento neocortical.

 

4.  Transformar la energía negativa de la rabia, la ira y el resentimiento que le perjudican en energía positiva: el humor

·        La victoria está a la vista cuando la víctima empieza a tomarse con cierto humor lo que le ocurre o le ocurrió.

·        Hablamos de humor sano, no de sarcasmo ironía o cinismo.

 

 

EJERCICIOS RAPIDOS PARA CONTROLAR LA IRA–

 

Controlar la ira no quiere decir que no tenga derecho a enfadarse. Es importante saber lo que siente y ser auténtico con sus emociones, así que no intente reprimirlas ni ocultarlas. Expresar el enfado es incluso recomendable, pero en el contexto donde no existan riesgos.  Como víctima de mobbing no debe participar del juego que plantea el acosador.

 

Los siguientes ejercicios se pueden hacer en tan sólo diez minutos, lo importante es encontrar un lugar tranquilo donde nadie le moleste:

 

q       Para descargar emociones: Elija una sílaba (mantra) y repítala en un tono de voz cada vez más alto. Grite si es necesario.

 

q       Respirar profundamente: Cualquier ejercicio de respiración controlada le ayudará a calmarse. Por ejemplo:

–         Contar hasta seis mientras inspira.

–         Retener el aire en la parte baja del abdomen mientras cuenta hasta diez y exhalar lentamente contando otra vez de uno a seis.

–         Con los pulmones vacíos, contar hasta cinco y volver a inspirar.

–         Repetir de 3 a 5 veces el ejercicio.

 

q       Conecte con el silencio: Piense en algo que sea de su agrado. Sienta el cuerpo cómodo y relajado. Mentalmente repítase a sí mismo frases positivas como “Elijo estar bien”

 

 

 

TÉCNICAS DE AUTOAYUDA PARA CONTROLAR EL MALESTAR

 

 

RESPIRACIÓN PARA DISMINUIR ANSIEDAD

 

Ansiedad y miedo son respuestas normales que activan síntomas mentales desagradables, tales como una sensación de indefensión, confusión, aprensión, inquietud y pensamientos negativos que se repiten. Ambos también activan síntomas físicos que van desde la simple tensión muscular hasta la taquicardia, pasando por dificultades para respirar, sensación de ahogo, sensación de inestabilidad o debilidad, acaloramiento o escalofríos, sudor, náuseas y molestias abdominales.

 

q       OBJETIVOS: Cuándo sientas algunos de estos síntomas u otros similares puedes utilizar la respiración como método sencillo, rápido y fácil para reducir estos niveles de malestar.

 

q       ¿CÓMO HACERLO?

  • Todo el ejercicio debes realizarlo despacio y tranquilamente.
  • Coloca una mano en el estómago.
  • Coge aire suave y lentamente por la nariz durante 2 ó 3 segundos.
  • Nota cómo se llenan los pulmones y siente cómo el vientre se hincha levantando la mano.
  • Mantén el aire dentro de los pulmones contando mentalmente hasta tres.
  • Expulsa lentamente el aire por la boca y tarda 3 ó 4 segundos hasta vaciar completamente el aire de tus pulmones.

 

q       ¿DURANTE CUÁNTO TIEMPO?: Repítelo hasta tres veces seguidas.

 

q       ¿DÓNDE HACERLO?

  • Las primeras veces que lo practiques hazlo en un lugar tranquilo, sin nada que te distraiga y sin ruido.
  • Después de los primeros ensayos es conveniente realizar el ejercicio en situaciones que te provoquen malestar.

 

q       ¿CUÁNTAS VECES AL DÍA?: Tres ó cuatro veces al día.

 

q       ¿CUÁNDO HACERLO?

  • Puedes hacer respiraciones profundas en diferentes momentos.

 

Practícalo sobre todo en las situaciones en las que te encuentres nervioso y tenso

 

 

 

¡STOP! A TUS PENSAMIENTOS

 

     A partir de esta fecha te asaltan ideas y pensamientos sobre lo ocurrido que no te puedes quitar de la cabeza, no sabes qué hacer porque siguen apareciendo constantemente y cada vez te agobian más.

 

Realmente los pensamientos pueden pararse y tu puedes hacerlo. Hay cosas que los interrumpen, el timbre de la puerta o el sonido del teléfono, es decir, prácticamente cualquier cosa lo suficientemente intensa como para llamar nuestra atención puede hacer que dejes de pensar en lo que tu cabeza estaba ocupada en ese momento.

 

OBJETIVOS: Este ejercicio te va a ayudar a parar los pensamientos que aparecen muchas veces, que no te puedes quitar de la cabeza y que te ponen triste, disgustan o aumentan tu nerviosismo, pero que no te ayudan a solucionar ningún problema.

 

¿CÓMO HACERLO?:

  • Elige una palabra que normalmente utilices para terminar alguna conversación odiscusión con alguien “basta”, “para”, “ya” o “se acabó”. Utiliza siempre la misma palabra.
  • Cuando tengas un pensamiento que quieres parar, di o piensa la palabra elegida, e imagina como si una cortina u ola blanca invadiera tu mente.
  • Comienza seguidamente una tarea o actividad que necesite cierta concentración y te ayude a distraerte de esos pensamientos. Utiliza cualquier actividad que te ayude a evadirte de esos pensamientos. Algunas tareas que te pueden ayudar son:

–         Fíjate en un objeto e intenta describirlo minuciosamente con sus formas, texturas, colores…

–         Cuenta de 100 hacia atrás de siete en siete.

–         Realiza una actividad agradable como llamar a un amigo o recuerda una situación en la que te lo hayas pasado bien e intenta recordar las conversaciones, la gente que había e incluso que llevabas puesto.

 

¿CUÁNDO HACERLO?

  • Repítelo tantas veces como aparezca el pensamiento molesto o desagradable.

 

¿DÓNDE HACERLO?

  • En cualquier lugar donde te encuentres y te invada este tipo de pensamientos.

 

LA CONTAMINACIÓN ACORTA LA VIDA

 

La contaminación acorta la vidaVarios estudios destacan la relación entre polución, muertes prematuras y diversas enfermedades

JAIME PRATS, Valencia ( 02-01-01)

La contaminación ambiental está directamente relacionada no sólo con el aumento de las urgencias cardiovasculares en las ciudades, sino con un porcentaje de las muertes de sus habitantes. La magnitud de los efectos nocivos de la polución no ha pasado inadvertida para los epidemiólogos que se encuentran volcados en evaluar los efectos que tiene en la salud. Un trabajo elaborado por la Escuela Valenciana de Estudios para la Salud ha probado por primera vez en España la relación a corto plazo entre los niveles de contaminación atmosférica y las urgencias cardiacas. Otro estudio atribuye a la contaminación hasta el 6% de los fallecimientos totales de Austria, Francia y Suiza. De ellos, la mitad los produce la contaminación provocada por vehículos.

No es necesario vivir en Cracovia (Polonia) o Atenas (Grecia), dos de las ciudades europeas que padecen una peor salud medioambiental, para sufrir los efectos de la polución. En lugares con niveles de contaminación medios -un segmento en el que se encuentran las principales ciudades españolas- el humo del tráfico y, en menor medida, el industrial o el procedente de incineradoras de residuos, interviene de forma notable en patologías cardiovasculares hasta el punto de que son uno de los factores que acortan la vida de los ciudadanos.

«Niveles moderados de contaminación también suponen un riesgo para la salud». Ferran Ballester, doctor de la unidad de epidemiología y estadística de la Escuela Valenciana de Estudios de la Salud, apoya esta afirmación en los resultados obtenidos en un trabajo realizado junto a José María Tenías y Santiago Pérez-Hoyos que publica este mes el Journal of Epidemiology and Community Health.

El estudio muestra una asociación significativa entre la contaminación atmosférica y las urgencias cardio y cerebrovasculares atendidas en los hospitales, mientras que no aprecia relación con las dolencias gástricas. Entre 1994 y 1996 los investigadores valencianos midieron los niveles diarios de humos negros, dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO) y ozono (O3) del aire de la ciudad de Valencia y lo compararon con los ingresos de urgencias registradas en los dos principales hospitales, el Clínico y La Fe. Un aumento en los niveles de dióxido de azufre y de monóxido de carbono se vinculó a un incremento de las urgencias por enfermedades de corazón. Por cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico de SO2 -la media en la ciudad es de 25,6- se observó que los de ingresos por enfermedades cardiovasculares aumentaban en un 3%.

Partículas en suspensión

En el caso de las partículas en suspensión se observó una relación similar. Estos contaminantes, uno de los principales agentes patógenos que se encuentran en el aire de las ciudades, son restos minúsculos de materia, fruto de la combustión incompleta del carbón y derivados del petróleo que, gracias a su pequeño tamaño -unas 10 micras- entran con facilidad en el aparato respiratorio y de los pulmones pasan al torrente sanguíneo, provocando problemas cardiovasculares y respiratorios.

Un incremento de 10 microgramos cúbicos de estas partículas -frente a una media de 43,7- iba seguida de un aumento de l,5% de ingresos hospitalarios, según recoge el estudio. Estas evidencias se suman a otro estudio elaborado por Ferran Ballester y sus colaboradores entre 1991 y 1993. En este caso, el objetivo fue relacionar los efectos de la contaminación atmosférica en la ciudad de Valencia -con niveles comparables a París, Londres o Barcelona- y la mortalidad registrada. El equipo valenciano encontró una asociación significativa entre indicadores de polución y fallecimientos, más clara en las partículas de suspensión que en el dióxido de azufre. A cada aumento de 10 microgramos de partículas por metro cúbico de aire analizado le acompañaba un incremento del 0,8% en la mortalidad diaria.

Ballester precisa que los niveles de contaminación de las ciudades españolas no son los mismos de hace 20 años. De una polución básicamente industrial se ha pasado a otra en la que los principales agentes son los motores de los vehículos. De los tubos de escape sale ya más de la mitad de los agentes contaminantes. Estos cambios han provocado que el nivel de contaminación en España sea medio -en ocasiones bajo- y que haya descendido notablemente las emisiones de dióxido de azufre, de origen básicamente industrial.

Además del impacto en la mortalidad y de los peligros cardiovasculares, existen evidencias de que los niveles actuales de contaminación atmosférica urbana repercuten también en el sistema respiratorio. El proyecto APHEA, realizado en varias ciudades europeas y publicado en 1997, demostró que a un aumento de 50 miligramos por metro cúbico de NO2 seguía un incremento de ingresos por asma del 3%. El mismo incremento en niveles de ozono se asoció con un 4% más de casos de ingresos por enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Los peligros de la salida a la atmósfera de todos estos elementos patógenos «no son muy elevados a nivel individual», matiza Ballester, «aunque sí son importantes en términos de salud pública». Son las personas más débiles quienes tienen más probabilidades de que las enfermedades de base cardiacas o pulmonares que padecen se agraven y deriven en una muerte prematura.

Estudios elaborados en Europa han ido mucho más lejos a la hora de traducir en cifras los efectos mortales de la contaminación atmosférica. Un trabajo elaborado por la Universidad de Basilea y publicado recientemente en la revista The Lancet achaca directamente a la polución hasta 40.000 de las muertes que tienen lugar anualmente en Austria, Francia y Suiza, el 6% del total de fallecimientos. Según este trabajo, la mitad de todos estos casos se deben a la contaminación ocasionada por los vehículos. Ballester señala que los índices de contaminación de estos países son equiparables, si no más bajos, a los que registran las principales ciudades de España. El trabajo también indica que el coste sanitario de la contaminación causada por vehículos con motor supone en los tres países un 1,7% del producto interior bruto (PIB).

Nuevas directivas

La evidencia demostrada por los estudios de los efectos que tiene la contaminación en la salud ha llevado a la Unión Europea a revisar las directivas que regulan los criterios de calidad del aire de las ciudades. Una norma de junio de 1999, que recoge los estudios elaborados a lo largo de la década pasada, modifica a la baja los baremos permitidos establecidos en otra directiva de 1987. En aspectos como la cantidad de dióxido de azufre no se recogen modificaciones sustanciales. Sin embargo, en relación a otros agentes, como el dióxido de nitrógeno, el máximo permitido se ha reducido hasta una quinta parte de los establecidos en la norma anterior y ha pasado de los 200 miligramos por metro cúbico a 40. La norma establece un plazo de dos años para su entrada en vigor, aunque establece periodos de adaptación de hasta 10 años para algunos contaminantes.

15 ciudades en el laboratorio

J. P. , Valencia ¿Cuál es la situación del aire que respiran los habitantes de las principales ciudades españolas y qué efectos tiene para su salud? ¿Cuántas enfermedades son el resultado directo de las emisiones nocivas? A preguntas como las anteriores pretende responder el Estudio Multicéntrico Español de los Efectos a Corto Plazo de la Contaminación Atmosférica en la Salud, conocido como Proyecto EMECAS, que desarrollan universidades, escuelas de salud pública y departamentos de Salud y Medio ambiente. Quince ciudades españolas (A Coruña, Barcelona, Bilbao, Cartagena, Castellón, Granada, Gijón, Huelva, Madrid, Oviedo, Pamplona, Sevilla, Valencia, Vigo y Zaragoza), que representan diferentes situaciones sociodemográficas, climáticas y ambientales, se encuentran en el punto de mira de este estudio que determinará el impacto a corto plazo de la contaminación atmosférica sobre los ingresos hospitalarios urgentes por enfermedades cardiovasculares y las muertes relacionadas con la emisión de agentes nocivos.

Este ambicioso proyecto cuenta con financiación del Fondo de Investigaciones Sanitarias, representa el trabajo más importante que se lleva a cabo en España en este campo y suple en cierta medida el papel de una red estable de vigilancia de riesgos relacionados con la contaminación atmosférica. El EMECAS toma el relevo del EMECAM, un estudio anterior integrado por el mismo número de ciudades centrado exclusivamente en medir la mortalidad. Este último trabajo ya apuntó la existencia de una asociación entre mortalidad y diferentes contaminantes como el dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO), ozono y partículas en suspensión. En el estudio, coordinado desde la Escuela Valenciana de Estudios para la Salud, se articulan las colaboraciones de los grupos participantes en aspectos como la medida de la exposición, la evaluación de los indicadores en salud, los métodos de análisis estadísticos o la interpretación de resultados y su relevancia para la salud pública.

 

LA DEPRESION ENFERMEDAD DE LOS MAESTROS

 

 

EL PAÍS domingo 5 de noviembre de 2000

Los maestros enferman en las aulas

El 80% de los profesores de centros públicos señala los
trastornos psicológicos como su mayor problema

LUCÍA ARGOS , Madrid

El maestro infalible ha muerto. El síndrome del maestro quemado que está
dejando vacantes las aulas de algunos países europeos también hace
mella en los docentes españoles, impotentes ante el nuevo perfil del
estudiante. Aunque no se refleje oficialmente en sus bajas laborales, el
estrés, la depresión y la ansiedad son los trastornos que los profesores
más relacionan con el ejercicio de su profesión. Padres y enseñantes
coinciden en que ha llegado la hora de replantear el papel de la escuela.

La escuela española incuba un mal que en países cercanos ya es una
epidemia. El maestro empieza a sentirse desbordado como fuente
de autoridad y de conocimientos frente a un alumno cada día más
desafiante. El resultado es que el 25% de los 600.000 profesores
de primaria y secundaria que hay en la enseñanza pública española
toma una baja oficial o circunstancial cada año, según el
estudio más completo que se ha hecho hasta ahora en España, elaborado por
Comisiones Obreras en 17.157 centros públicos no universitarios de todo el
Estado; apenas un 3% de éstas se justifica en el estrés. Pero los expertos saben
que son problemas asociados a este síndrome muchas de las dolencias de
garganta, digestivas o músculo-esqueléticas que padecen. Ocho de cada 10
docentes señalan los problemas psicológicos como el mayor riesgo de su
actividad.

Aún está recuperándose del trago un profesor de una escuela-taller del
Ayuntamiento de Madrid al que seis alumnos acorralaron en su despacho,
amenazaron con un palo y destrozaron sus pertenencias por haber expulsado de
clase a uno de ellos. El fiscal ha pedido esta semana dos años de cárcel para cada
uno de los seis jóvenes agresores. De la misma manera se recupera, despacio,
tras una baja laboral por depresión, una docente de secundaria madrileña que
resume en su relato el efecto de la gota malaya de la indisciplina en su autoestima:

«Hay clases en las que no existes. Antes podía haber un alumno conflictivo, o dos.
Ahora tienes a toda la clase en tu contra cuando tomas alguna medida. El año
pasado ya no pude más», relata desahogándose. «Cuando intentaba expulsar a un
chico, tranquilamente me decía que no, que no se iba. Y allí se quedaba sin que
yo pudiera hacer nada. Llamaba a su padre y la respuesta era siempre la misma:
‘Ojo, mi hijo es de notable y de sobresaliente. Tenga cuidado con lo que hace con
él’. A esto yo sólo podía contestarle que hablara con él y le explicara para qué se
viene al instituto».

Obligados hasta los 16
La tarea no es fácil, ni para el padre, ni para ella, reconoce esta profesora de
idiomas de 54 años. «¿Cómo convenzo yo a un niño de que aprenda inglés si me
dice que va a ser albañil y que viene a clase porque le obligan?». La falta de
motivación de algunos alumnos obligados por ley a estudiar hasta los 16 años es
un argumento constante entre los profesionales.

El estudio de CC OO revela que son las mujeres las más afectadas por las bajas
en el ámbito escolar. «Pero que a nadie le extrañe», apunta Blanca García,
miembro de la Asociación Española de Profesores de Secundaria. «No es que
seamos más frágiles. Es que con un tío cuadrado que les hace frente no se atreven
y con nosotras sí».

Las autoridades educativas dicen ser conscientes de esta situación. «Hay un
desajuste entre las demandas sociales y los apoyos que pide el profesorado. La
escuela da mucho de sí, pero se le está exigiendo demasiado», admite José Luis
Mira, director general de Educación, Formación Profesional e Innovación
Educativa. En aras de «mejorar la calidad de la enseñanza» y de «dignificar la
profesión docente», Mira recuerda que la ministra de Educación ya anunció un
plan de calidad «que podría estar listo a lo largo del próximo año».

Docentes y familias van más allá en el planteamiento del debate. Entienden que el
propio modelo educativo está a punto de sucumbir ante los cambios sociales. En
el Reino Unido apenas quedan profesores nativos; tienen que contratarlos en
Australia o Nueva Zelanda. En Holanda, algún centro se ha planteado reducir el
periodo lectivo semanal a cuatro días ante la ausencia de enseñantes. En España,
pocos tienen hoy la vocación de partirse el pecho por un alumno que llega a la
escuela sin apenas normas inculcadas en la familia, obligado por ley a estudiar
hasta los 16 años aunque no le interese, o en otros casos, con una conexión a
Internet en casa que le permite, si quiere, corregir a su profesor en plena clase. El
sueldo nunca fue una compensación como bien recoge el refranero.

Éstas son las circunstancias que descolocan hoy a los enseñantes, coinciden ellos
en señalar. El cansancio y la pérdida de autoridad lleva a muchos a la consulta del
psiquiatra. Sin ir tan lejos, acusan un tipo de estrés que ya ha sido bautizado en
todo el mundo como el síndrome del burn out, o del maestro quemado,
caracterizado por un cansancio físico y psicológico que les dificulta desempeñar
su tarea.

Tras 24 años de ejercicio, una profesora de 57 años compara su baja por
depresión con el de un caído en combate: «Como yo, muchos maestros se van
quedando en el camino», dice. «No podía conseguir que aquello pareciera una
clase. Tenía que ponerme rígida como un sargento y hacer un esfuerzo
sobrehumano para que me escucharan».

La crisis comenzó cuando empezó a trabajar en un colegio de la localidad
barcelonesa de Hospitalet, con un tipo de alumnos procedentes de un medio
social conflictivo. El primer indicio de que algo andaba mal fue la sensación de
profunda ansiedad, cansancio físico y nerviosismo. «No podía dominar la situación
ni a los alumnos. En algunas clases de tercero y cuarto de la ESO (enseñanza
secundaria obligatoria) hay chavales que tienen dificultad para leer y escribir; otros
que rechazan la idea de estudiar y no tienen hábitos de estudio. Si en un aula
coincide una mayoría de alumnos que no está motivada, la clase se transforma en
una pantomima».

Matonismo
En el colegio donde ejerce esta docente hubo ocho bajas laborales por estrés en
un año, cuenta una de sus colegas, profesora de Arte. «He visto a chicos que
tratan a sus profesores como estúpidos o payasos, o que lanzan sillas por las
ventanas. Algunos chavales se niegan a trabajar. Ya nadie quiere ser profesor.
Ésta es una profesión muy desprestigiada», lamenta.
El conflicto, al parecer, se registra a todos los niveles educativos, públicos y
privados; si bien, más acusadamente, en la enseñanza secundaria. «Las causas hay
que buscarlas desde la masificación de los institutos hasta en las características de
la propia adolescencia», señala Rafael Villanueva, psicopedagogo y uno de los
autores del estudio de CC OO. Pero recalca que «uno de los problemas más
claros es que hoy se dan unas condiciones sociofamiliares que no propician el
esfuerzo mínimo». Y se explica: «Los padres no tienen ni tiempo ni posibilidades
de ejercer la capacidad educativa. Como consecuencia, los chicos y las chicas no
tienen normas, llegan a la escuela sin normas. No decimos que la familia sea ahora
peor; sólo que el trabajo educativo es más complicado», sostiene Villanueva.

Al desinterés por el estudio se une, cuenta el psicopedagogo, un culto al
«matonismo», una intimidación entre alumnos, hasta hace poco impensable en
España a menos que fuera como un espectáculo televisivo importado. El defensor
del Menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, acaba de solicitar a la
Consejería de Educación que frene las extorsiones que sufren algunos alumnos
por parte de sus compañeros tras haber recibido varias denuncias al respecto.

Que en los colegios falta disciplina lo acaban de reconocer hasta los estudiantes
en la encuesta reciente del Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo

(Idea).
A Villanueva le viene a la memoria un trabajo de la Universidad de Comillas en el
que una de las cosas que pedían los estudiantes era que el profesor reconociera
sus equivocaciones. Se acabó el sistema rígido vertical de transmisión de
conocimientos. Los nuevos sistemas de información lo han dinamitado. «Quizá
deberíamos replantear la docencia», reflexiona. «Recuperar la figura del profesor
como un modelo para entender la vida, insistir en un planteamiento educativo más
que como enseñante. Un educador, sobre todo, de la convivencia».

¿Cuál debe ser el papel de la escuela?
Los padres se sienten tan víctimas como los profesores de unas necesidades
educativas que desbordan a ambos. Antes la familia tenía más tiempo para
inculcar unos criterios y, como subraya Eulalia Vaquero, presidenta de la
Confederación Estatal de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA), «antes
la sociedad tenía unos valores muy homogéneos, que eran más fáciles de
transmitir a los hijos». Hoy las cosas son mucho más complejas, y las fuentes de
información, inabarcables. «Los roles se transmiten no sólo a través de los padres
y maestros, sino también por los medios de comunicación y las nuevas
tecnologías. No podemos controlarlo», insiste Vaquero.

Reconoce un cierto desencuentro con los maestros. «Es verdad que cada vez le
pedimos más a la escuela. La responsabilizamos de nuestras carencias como
padres. Pero hay que pensar que hoy en día es el lugar donde más tiempo pasan
los chavales y valdría la pena plantearse una reforma porque no hay marcha atrás
en este proceso».

«La escuela», prosigue la representante de los padres, «tiene que responder a las
necesidades de la sociedad, no sólo de la familia. Tendrá que asumir otros
servicios sin pedir más a los maestros. Y no estamos hablando de aparcamientos
de niños, sino de lugares de convivencia. Tiene que haber mucha más implicación
social y política con la docencia que se imparte en la escuela. Ya es hora de
invertir dinero y tiempo en un debate sobre lo que debe ser la escuela a partir de
ahora», invita Eulalia Vaquero, presidenta de la CEAPA.

 

RADIOACTIVIDAD

 

 

Descubierta contaminación por radiactividad en un ciprés de la Ciudad Universitaria

EL PAÍS Madrid

Las hojas de un ciprés del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) de la Ciudad Universitaria Complutense están contaminadas por radiactividad, según informan hoy los periódicos regionales y locales del Grupo PRISA. Supuestamente se debe a una transferencia de la toxicidad del terreno -consecuencia de un accidente ocurrido el 7 de noviembre de 1970- a las raíces del árbol.

Según denuncia la Confederación General de Trabajadores (CGT), las hojas del ciprés están contaminadas de estroncio 90 y cesio 137. En el primer caso se han encontrado 100 becquereles (unidad de medida de la radiactividad) por gramo, y en el segundo, 1,02 becquereles por gramo. Una directiva de la UE establece que a partir de un becquerel por gramo han de «emprenderse acciones correctoras», pero en esta ocasión el edificio ni siquiera tiene indicaciones de la presencia de contaminación radiactiva.

Tanto el Ayuntamiento de Madrid como el CIEMAT reconocen la contaminación, pero no dan cifras, a la vez que restan importancia al descubrimiento y aseguran que «no hay riesgo radiológico para los trabajadores».

El árbol contaminado está vallado, mientras se están tomando muestras hasta decidir qué hacen Mientras, la CGT afirma que hay otros dos árboles contaminados y acusa a las autoridades de no informar a los trabajadores.

El accidente ocurrido en 1970 se produjo cuando una tubería que transportaba residuos radiactivos entre dos depósitos se rompió y su contenido tóxico pasó a la red de alcantarillado. La contaminación llegó al Manzanares, al Jarama y al Tajo. Las autoridades de la época minimizaron lo ocurrido.

PAÍS- 9-10-2000

EL AMIANTO MATARA A MAS 40.000 TRABAJADORES ESPAÑOLES

 

 

Amianto La «muerte blanca»En los próximos años, más de medio millón de europeos, trabajadores de la industria del amianto, morirá por enfermedades relacionadas con la inhalación y manipulación de este material. Entre 40.000 y 56.000 son españoles

VICTOR MORENO

EL PASADO MES DE JUNIO, UN trabajador de la fábrica de fibrocementos de Uralita en San Vicente de Raspeig (Alicante) falleció de asbestosis terminal, una enfermedad directamente relacionada con la inhalación de amianto, un material utilizado en la construcción, la automoción, el sector textil y el químico, entre otros. Se trata de la segunda defunción de un miembro de la plantilla por esta causa y el malestar entre los trabajadores, que temen que el número de víctimas aumente en los próximos años, no se ha hecho esperar. Y es que esta muerte no es un caso aislado, sino que viene a sumarse a la lista de víctimas, vinculadas a la utilización del amianto, que en los últimos años ha ido creciendo en nuestro país y que amenaza con extenderse aún más. Los datos que proporcionan los sindicatos hablan de 2.265 fallecimientos en el periodo comprendido entre 1978 y 1992 . Por su parte, el Centro Nacional de Epidemiología ha elaborado un informe que revela más de 400 fallecimientos anuales por esta

causa entre 1989 y 1995. Si compara esta cifra con las 1.100 muertes al año por accidentes laborales comunes que reconoce el Ministerio de Sanidad se observa que suponen un tercio de las mismas. Con todo, este problema no es algo inesperado y que deba sorprender a las autoridades, ya que desde hace varios años diferentes organizaciones laborales y médicas han venido advirtiendo del grave riesgo para la salud que supone la utilización de esta sustancia.

Apreciado material

A comienzos de los años 60, el amianto empezó a ser utilizado en diversas industrias mundiales, sus propiedades y su versatilidad lo convirtieron en poco tiempo en un material muy apreciado en diferentes sectores. Sin embargo, en los años 80, diversos estudios médicos demostraron una relación directa entre la inhalación de amianto y el desarrollo de cáncer de pleura y pulmón y de asbestosis. Estos descubrimientos provocaron que la Unión Europea (UE) tomara cartas en el asunto para controlar y eliminar su uso, de manera que una directiva elaborada por este organismo señala el año 2005 como fecha límite para que deje de emplearse en toda Europa el amianto.

En España, la reacción ha sido más lenta que en el resto del continente. Junto a Grecia y Portugal, somos el único país de la UE que continúa empleando este material, con unas importaciones anuales de 35.000 toneladas. El Registro Oficial de Empresas con Riesgo de Amianto recoge a 214 compañías, cifra que Comisiones Obreras (CC 00) eleva a 314 y hasta 1993 no se eliminó el llamado amianto blanco, más peligroso que el azul, que sigue utilizándose. Estos datos corroboran que nuestro país ha marchado a la zaga a la hora de afrontar un problema que puede acarrear efectos irreversibles en los más de 60.000 españoles que han trabajado directamente con el amianto.

Las empresas, por su parte, han ido a remolque de los poderes públicos alegando que la reconversión hacia la sustitución del amianto por otros materiales es complicada, ya que es difícil encontrar alternativas que ofrezcan la misma calidad y las necesidades productivas fuerzan a agotar el plazo dado por la Unión Europea. Como tercer actor de este asunto, cabe señalar a los propios trabajadores que, durante los años 70 y 80, no trataban los temas relacionados con la salud laboral con el rigor y la seriedad necesaria, trabajando en muchas ocasiones en pésimas condiciones de salubridad, sin intentar paliar la situación por temor a perder el puesto de trabajo.

Si los datos presentados por el estudio «El amianto en España» se cumplen, el futuro de los trabajadores del amianto es muy preocupante, ya que prevé que entre 40.000 y 56.000 de ellos morirán por las enfermedades derivadas de la manipulación e inhalación de esta sustancia. Las medidas reclamadas desde los sindicatos para paliar estos daños, en la mayoría de los casos irreversibles, pasan por la elaboración de una ley que prohiba el amianto, la creación de un inventario de edificios que contengan esta sustancia, estudios epidemiológicos en aquellas zonas donde hayan estado ubicadas las fábricas que emplearan el material y la creación de un programa de ayudas e indemnizaciones para todas las familias afectadas.

Las empresas están realizando ya la reconversión de sus fábricas para eliminar el amianto de sus procesos de trabajo. Así, Uralita, el mayor consumidor del material en España derribó este año la fábrica que tenía en Sevilla y para 2001 ha anunciado el cierre de la factoría de Getafe (Madrid). A la vez está trabajando con otros materiales sustitutivos, como el poliester o la celulosa. El problema que se plantea más difícil de afrontar es el pago de compensaciones a todos aquellos trabajadores afectados. Si se pagarán diez millones de pesetas a uno de cada cuatro de los 60.000 trabajadores españoles del amianto, la industria tendría que hacer frente a pagos por valor de 150.000 millones de pesetas. Lógicamente, las compañías se muestran muy reticentes a entrar en el tema de las indemnizaciones, de ahí que los trabajadores hayan utilizado la vía de los tribunales para hacer valer sus reclamaciones. Las primeras demandas están dando ya sus frutos. Hace un año y medio la Audiencia de Barcelona condenó a Uralita a pagar 11,7 millones de pesetas a la viuda de un trabajador de la compañía. En el último mes, dos nuevas sentencias han puesto de relieve la gravedad del problema. El Juzgado de lo Social número 6 de Madrid ha condenado a la misma empresa a indemnizar con 19 millones de pesetas a la familia de un trabajador fallecido en agosto pasado a causa de un tumor cancerígeno. En la sentencia se expone que el trabajador estuvo en contacto con amianto entre 1962 y 1986,

El 2005 será la fecha límite para dejar de utilizar amianto, según una directiva europea

lo que, a la postre, conllevó el desarrollo de la enfermedad que acabó con su vida, considerando a la empresa responsable por «incumplimiento de la normativa, tales como la insuficiencia de los reconocimientos médicos, y la falta absoluta de evaluación y control». Otra sentencia,

dictada por el Juzgado de lo Social número 1 de Cartagena, condena a Repsol y a Construcciones, Montajes y Mantenimientos (Commain) a indemnizar a la familia de un trabajador que falleció en noviembre de 1999 por mesotelioma pulmonar y que entre 1976 y 1996 trabajó en las empresas citadas reparando calderas revestidas con amianto. Los términos de la sentencia son similares al del caso Uralita en Madrid y reconoce que la enfermedad se produjo por la manipulación habitual de amianto a la vez que afirma que las empresas no adoptaron las medidas de seguridad y prevención establecidas por la ley. La cantidad de la indemnización no ha sido revelada, ya que según ha manifestado la familia «no nos interesa el dinero, sino aclarar por qué la empresa no tomó las precauciones necesarias». Frente a los casos resueltos en los tribunales, algunas empresas han optado por acudir a acuerdos extrajudiciales para resolver el problema. En Gibraltar, la coordinación entre CC 00 y el sindicato gibraltareño Transport and General Workers Union ha conseguido que los astilleros que han utilizado amianto en la construcción y reparación de barcos entren a negociar indemnizaciones para sus ex trabajadores. El pasado mes de junio se llegó a un primer acuerdo por el que un antiguo empleado cobrará cuatro millones de pesetas, al que en los próximos meses se sumarán las compensaciones para otros compañeros

afectados.

LAS DOS CARAS DEL AMIANTO

Los usos del amianto, un silicato de cal, alúmina y hierro, son múltiples gracias a sus características de incombustibilidad, aislante del calor y sonido, resistencia a la corrosión química y a la torsión. Estas ventajas que ofrece a la industria le convierte en un material polifacético empleado en diversos sectores: la construcción (fibrocemento, tuberías, etc…), la automoción (pastillas de freno y embragues), los astilleros, el sector textil (ropa ignífuga), la industria química (papelería, cartonaje, etc…), hasta un total de 3.000 aplicaciones. Sin embargo, esta utilidad tiene su cara más negra en los graves perjuicios para la salud de los trabajadores del amianto que se manifiestan en su relación directa con el desarrollo del cáncer de pleura y pulmón, fibrosis pulmonar, tumores de laringe y aparato digestivo y asbestosis, una enfermedad degenerativa del sistema respiratorio que provoca en el enfermo una asfixia progresiva.

CAMBIO 16- 14 agosto 2000. Nº. 1.497