Vaya, vaya, la que nos han montao nuestros “firmalotodo” con los sábados libres. Después de 36 años trabajando con la jornada continuada de 8 a 15, el otro día el baranda de mi Jefe (Fructuoso) me comunica que el miércoles tengo que venir a hacer por la tarde “unas” horas del cómputo que me corresponde.
Asin la cosa, ya le dije a mi parienta, mira Matilde vete preparando que de ahora en adelante vas a tener que echar instancia pa poder verme.
¡¡Tama y eso!! me contesto ella.
Pues muy sencillo, resulta que el personal quiere que volvamos a vivir los años 60, es decir, saber cuando entramos a trabajar pero no cuando salimos, y como comprenderás el horno no esta para bollos en el trabajo, asin que voy a prepararme pa lo que pueda pasar.
¡¡Madre mía Mariano!! Que vamos hacer pues.
Tu no te preocupes mujer y déjalo todo en mis manos, que me voy a casa del tendero.
¡¡Bautista!! mira a ver si me atiendes, que necesito varios utensilios de campaña.
¿Anda y eso?
Nada hijo que se han empeñao que guardemos sábados libres a cambio de no saber el horario fijo de trabajo y como no se la hora que tendré para almorzar, comer, merendar o cenar, necesito que me vendas una mochila, una fiambrera, una bota de vino y un termo para el carajillo.
¡¡Madre mía del amor hermoso!!, la cara que se le puso a Matilde, cuando llegue a casa y descargue todo en medio de la cocina.
¿Pero bueno Mariano que es todo esto? ¡¡Es que vas a la guerra!!, anda rico y ¿cuando empiezas con este evento?
Mañana miércoles le digo yo.
Redíos me lo podías haber dicho con más antelación.
No te preocupes mujer, enseguida le cogerás el ritmo.
Llegado el mencionado día cuando todos se van, mi baranda Fructuoso me recuerda las 2 horas que me corresponde para esta tarde.
Dicho esto, cojo todos mis arreos y los esparzo en mi mesa de trabajo, usando para mantel el expediente del contencioso Construcciones Robustiano.
Al no tener en la Oficina microondas para calentar la fiambrera, me paso al bar de Bartolo, encontrándome en ese lugar con algún compañero del Banco, entre ellos con el Saturnino, que como es un cachondo va y me dice.
¡¡MARIANOOOO, que llevas pa calentar tú!!
Judías con oreja, chorizo, morcilla y una cabeza de ajos.
¿Y tú Satur?
Sopas de ajo me contesta.
Con yema o sin yema le pregunto.
¡¡SIN!!, me contesta, ya que me ha aconsejao Felisa que si las quiero “con” que meta el dedo gordo.
¿Y de segundo?
¡¡Salchichas!! me dice.
¡¡Coño, con cuerda o sin cuerda, le requiero!!
Menos cachondeo que pa ser el primer día el cuerpo no lo tengo jotero, y menos con las cuatro patas de esa mesa, (el Territorial, el de RR.HH, el de CCOO y el de UGT) que se están metiendo entre pecho y espalda un arroz con bogavante y unos solomillos que pa mi lo quisiera.
No te preocupes Satur, que este negocio va pa largo, menos mal que tu y yo a poco que escampe pronto estaremos prejubilados.
Después de comerme las judías, beberme el vino y el carajillo, como de costumbre me quede traspuesto, deleitando a la oficina con mis buenas notas de la 5ª sinfonía de Beethoven, hasta que fui despertado por Fructuoso que venía a realizar la jornada de tarde al igual que en antaño.
¡¡Mariano despierta que ya son las 5,30!!
¡¡Coño, ya he cumplido con las “horas” del computo de jornada!!
No Mariano no, ahora es cuando empiezan las 2 horas.
A eso de las 8,30 cuando llego a mi casa, va la Matilde y me suelta.
Anda rico que mientras preparo la cena a ti te toca bañar a los chicos, planchar y después plegaremos las sabanas.
ME CAGUEN EN ………. la CONCILIACION DE LA VIDA FAMILIAR
Noviembre-2009